Lo creas o no, una persona se define por lo que tiene en su mesa de centro. Cuando uno se sienta en el sofá y mira hacia ese lugar, sabe que está en casa. Pero, déjame que te haga una pregunta: ¿Tú qué pondrías en la mesa Río?

Dejando a un lado el mando de la televisión, la caja de pañuelos y el ticket del supermercado que aún no has tirado; tal vez pondrías ese libro ilustrado que te inspira con solo mirar su portada, o un arreglo de flores secas, o tal vez la cerámica que compraste en un rastro de Portugal.

Río, con su tablero de madera maciza con acabado natural, es como un lienzo en blanco para definirte.

Los nudos y las vetas de la madera le dotan de la belleza natural y serenidad que todos necesitamos al llegar a casa.

Como un río de aguas cristalinas que permite ver el lecho rocoso y los peces que nadan en ellas.

Y sí, las patas son azules, como las aguas turquesas de un río embravecido por la corriente. Eso le da el punto rebelde que todos llevamos dentro, y no está de más decirlo, aporta contraste con el suelo o la alfombra de tu salón.

Pon en Río lo que sientes que llevas dentro, lo que te define: tus libros, un cuenco, tus revistas favoritas. Ya sabes: tu casa, tus normas.

Y si quieres poner el mando, la caja de pañuelos y el ticket, puedes ponerlos; Río aporta tal serenidad que hasta quedarán bonitos.